Importancia del entrenamiento de fuerza en geriatría.

La importancia del entrenamiento en la tercera edad.

Txell Gràcia

8/2/20242 min read

Importancia del Entrenamiento de Fuerza en el Ámbito Geriátrico

El entrenamiento de fuerza es una herramienta esencial en la mejora de la calidad de vida y funcionalidad en la población geriátrica. Con el envejecimiento, la pérdida de masa muscular (sarcopenia) y fuerza puede afectar significativamente la autonomía de las personas mayores. Este artículo explora la relevancia del entrenamiento de fuerza en este grupo, sus beneficios, aplicaciones prácticas y evidencia científica.

Beneficios del Entrenamiento de Fuerza en la Población Geriátrica

  1. Mejora de la Funcionalidad Física:

    • El entrenamiento de fuerza mejora habilidades esenciales como caminar, levantarse de una silla y subir escaleras, lo que contribuye a la independencia funcional. Los programas que incluyen ejercicios de alta velocidad han demostrado ser particularmente eficaces en mejorar la fuerza y la potencia muscular en personas mayores (Fernández Ortega & Hoyos Cuartas, 2020).

  2. Prevención de Caídas:

    • Incrementar la fuerza muscular, especialmente en las extremidades inferiores, mejora el equilibrio y reduce el riesgo de caídas, una de las principales causas de discapacidad en adultos mayores.

  3. Reducción de Síntomas de Sarcopenia:

    • Los entrenamientos regulares estimulan la síntesis de proteínas musculares, mitigando los efectos de la sarcopenia.

  4. Mejora de la Salud Mental y Calidad de Vida:

    • Estudios han encontrado que el entrenamiento de fuerza tiene efectos positivos en la percepción de salud y síntomas depresivos, lo que resulta en un mejor estado emocional y social (Solà-Serrabou et al., 2019).

  5. Incremento de la Densidad Ósea:

    • La fuerza aplicada sobre los huesos durante el ejercicio puede aumentar su densidad, ayudando a prevenir la osteoporosis.

Diseño de Programas de Entrenamiento de Fuerza para Personas Mayores

  1. Ejercicios Específicos:

    • Incluir movimientos funcionales como sentadillas, levantamiento de pesas ligeras y ejercicios de resistencia con bandas elásticas.

    • Los ejercicios pliométricos pueden mejorar la velocidad de desplazamiento y la fuerza explosiva (Espinoza-Salinas et al., 2023).

  2. Adaptaciones Progresivas:

    • Incrementar gradualmente la carga y la intensidad para evitar lesiones mientras se promueve el fortalecimiento.

  3. Supervisión Profesional:

    • La supervisión por parte de fisioterapeutas o entrenadores especializados asegura la correcta ejecución de los ejercicios y minimiza riesgos.

  4. Frecuencia y Duración:

    • Se recomienda realizar ejercicios de fuerza al menos 2-3 veces por semana durante 30-45 minutos por sesión.

Evidencia Científica

  1. Resultados Positivos en la Funcionalidad:

    • Un estudio en mujeres mayores demostró mejoras significativas en flexibilidad, fuerza muscular y percepción de salud tras un programa de 24 semanas (Solà-Serrabou et al., 2019).

  2. Eficacia del Entrenamiento a Alta Velocidad:

    • Los ejercicios de fuerza realizados a alta velocidad mostraron un mayor impacto en la agilidad y potencia muscular en comparación con aquellos realizados a baja velocidad (Fernández Ortega & Hoyos Cuartas, 2020).

  3. Impacto en la Capacidad Funcional:

    • La combinación de entrenamiento de fuerza con ejercicio aeróbico ha mostrado mejorar tanto la fuerza como la resistencia funcional en personas mayores (León-Olivares et al., 2019).

Retos y Perspectivas Futuras

  1. Accesibilidad y Adherencia:

    • Es crucial diseñar programas que sean accesibles y adaptables a las limitaciones físicas y preferencias de las personas mayores.

  2. Integración con Tecnología:

    • La incorporación de herramientas como sensores de movimiento puede mejorar la supervisión y la personalización de los entrenamientos.

  3. Investigación Adicional:

    • Aunque los beneficios son claros, se requiere más investigación para optimizar los protocolos y entender mejor sus efectos a largo plazo.

Conclusión

El entrenamiento de fuerza es una intervención efectiva y necesaria para promover la salud y el bienestar en la población geriátrica. Su implementación no solo mejora la funcionalidad física, sino también la salud mental y la calidad de vida, convirtiéndolo en una pieza clave en los programas de cuidado integral para personas mayores.